Procesiones, performans, pirotecnia a tope.... A parte de los espectáculos, en el recinto estaban expuestos las linternas y los candiles representativos de los diferentes distritos y provincias. Unas autenticas obras de arte flotando en el agua. Cada una tenia su xiringuito mas o menos decorado y una comparsa de músicos.
El momento culminante fue la noche de luna llena en la que el recinto de la Old city quedo completamente cubierto de gente. La costumbre es colocar una esterilla en la hierba y cenar en ella esperando la media noche, tras los fuegos artificiales, para lanzar las velas al agua o soltar los globos. Ni una brizna de hierba asomaba entre las esterillas.
Los xiringuitos de comida y bebida fueron arrasados. No quedo nada de comer y eso que la mayoría de las familias llevaban pic nic.
Por suerte elegimos un templo en el pueblo donde se lanzaban las velas al rió. Mas tranquilo y mas atractivo verlas deslizarse corriente abajo.
Mágico fue el momento en el que participamos de la suelta de globos en el espectáculo final. Eramos unos 30. En un momento los tuvimos inflados y esperamos la señal para soltarlos. Muy especial.
Al día siguiente el pueblo amaneció resacoso. Dedicamos el día al relax y aprovechamos para darnos un masaje. En Tailandia ya se sabe, es fácil.
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