sábado, 12 de diciembre de 2009

BERLIN, 20 AÑOS DESPUES DE LA CAIDA DEL MURO.






Diciembre 2009.

El relato de este viaje no lo hago sobre la marcha, como he hecho los otros. En esta ocasión lo escribo desde casa una vez que ya hemos regresado. ¿El motivo? muy sencillo; hemos estado en Berlin 4 días 5 noches, y como podéis imaginar, tiempo para escribir el blog, ninguno.

Fuimos a Berlín con Air Berlin directamente desde Palma, todo un lujo. Llegamos sobre las 17,30hs. Nos alojamos en un apartamento de los muchos que se pueden alquilar en Berlin, por días o semanas, a través de paginas como:
www.waytostay.com
www.berlin-sofort.de
Es una buena cosa para aquellos que vais unos cuantos.

Nosotros nos alojamos en uno que estaba situado cerca del Wolf Park en el distrito de Friedrichshain, en la antigua zona Este. Teníamos, a unos 500 mts, una estación del tranvía que en dos paradas nos llevaba a Alexanderplatz, en donde se enlaza con todas las líneas de U-Bahn (metro). Desde el salon teniamos vistas a la Torre de Televisión.
Muy espacioso y luminoso y con todo tipo de comodidades, incluso un ordenador con conexión a Internet. Nos salio por 90€/día.

Nada más llegar, visita al supermercado para hacernos con algunas provisiones. Aquí nuestra primera sorpresa: los precios, significativamente más baratos que en Palma. Más tarde, en el mercado turco, tendríamos oportunidad para seguir alucinando con los precios de la fruta y la verdura. Por ejemplo, 2 kilos de tomates de España, 1€.
La primera cena la hicimos en un restaurante vietnamita fusionado con tailandés. Bueno. Cerca de casa, pues por ese entonces ya se nos habían hecho las 21 hs.

LOS JUEVES POR LA TARDE, MUSEOS GRATIS.

La programación de nuestro primer día venia marcada por el hecho de que en Berlín, los jueves, las 4 últimas horas antes del cierre, la entrada en los museos es free. Bueno, el Pergamo sabemos que no.

A primera hora nos dirigimos hacia el Reichtag (Parlamento), donde la famosa cúpula acristalada. Nos bajamos en la estación de Hauptbahnhof en donde encontramos una manifestación de Greenpeace de denuncia por el cambio climático. Unos militantes estaban desplegando dos inmensos murales en la fachada de la estación. La policía esperándolos debajo.

Al llegar a la cúpula, una cola inmensa. Ya lo decía la guía que hay que ir a primera hora si quieres evitarla. Claro que nuestra primera hora estaba un tanto desajustada. Así que decidimos seguir hacia la Puerta de Brandenburgo.

Al llegar, todo un sequito de coches negros y policías en moto custodiando una limusine negra con los cristales tintados. Se paran delante la Puerta y desciende nada menos que Lula, el presidente de Brasil que, rápidamente, se dirigió a uno de los edificios cercanos. De ello no disponemos de material gráfico porque los fotógrafos se entretuvieron en el homenaje a los caídos y se lo perdieron.

Siguiendo la huella del ex-muro (ya se sabe: la atracción más famosa de Berlín, ya no existe) pasamos por el Holocaust Memorial.

Llegando a la Postdamerplatz se hizo necesario hacer un break y tomar algo para entrar en calor. En esta plaza nos encontramos con el primer mercado navideño, con sus suculentos puestos de comida y con pista de nieve para tirarse en neumático. Esta plaza esta rodeada de espectaculares edificios de moderna construcción como el Sony.

Antes de comer y siguiendo itinerario fuimos al Check Point Charlie. Un mini point tematico. Hay que ir, por la historia.

Comimos cerca de allí en un restaurante alternativo con platos del día de origen oriental. Original. Tiene una barra tras el cristal que da a la calle.

Después de comer, rápidamente se hizo de noche. Hay que tener en cuenta que en diciembre a las 15,30 ya oscurecía.

Por la tarde había que aprovechar para ir de museos. Ojo con los horarios, los jueves algunos cierran más tarde. Fuimos a ver el busto de Nefertiti que se expone en el Neues Museum. Visita imprescindible. Ya que estábamos allí, nos hicimos todo el museo. No esta mal, además no es muy grande.

Nuestra intención era visitar después el Pérgamo, sorpresivamente este museo no tenia la entrada libre. Así que decidimos que si hay que pagar, mejor otro día (que luego no fue).

Fuimos a la búsqueda de un restaurante donde poder iniciarnos con el currywurst y las kartofeens. Exito total.















EL BERLIN MAS RADICAL

El objetivo del día era la East Side Gallery, el tramo de muro más grande que se conserva, 1 km. El resto del día, cruzar el canal y callejear por Kreuzberg el barrio del lado oeste que más muro tenia. Hoy en día, además de ser el barrio turco, lo es también de artistas y gente alternativa.

Amaneció gris, no llovía pero mientras recorríamos el muro íbamos quedándonos pollitos. En uno de los extremos de la East Side Gallery, el opuesto al puente Oberbaum, se encuentra Vaam una autentica beach en medio Berlín, en verano no le faltan los chiriguitos y la buena música a la hora del sunset. En invierno hacen conciertos en una zona interior.

Encontramos las pinturas de la East Side Gallery en perfecto estado pues acaba de celebrarse el 20 aniversario de la demolición del muro y se han rehecho muchas de las pinturas originales y otras se han hecho nuevas. Hay pinturas y graffitis muy interesantes. Al finalizar la visita se hizo necesario meternos en un sitio caliente y reponernos.

Cruzamos el puente y nos adentramos en el barrio de Kreuzberg. Un paseo por sus calles y el Görlitzer Park. Llegamos a la Wienerstrasse donde comimos en un auténtico restaurante turco (sin donnër kebab). El menu con ensalada de tomate, un plato a elegir de los que tenían expuestos a cual mejor pinta: potaje de judías, guiso de cordero, koffte (almondigas), guiso de verduras y arroz por 6€. Un dato más de lo barato que resulta comer en Berlin. Nos pusimos las botas.

Ya oscurecido seguimos por la Oranienstrasse, famosa por sus tiendas de segunda mano, bares alternativos y salas de exposiciones (de estas no vimos ninguna, pero seguro que las hay). Giramos hacia la estación de Kotbusser en dirección al Türkenmark, el mercado turco, una buena ocasión para deleitarnos de nuevo con sus quesos, dulces y precios.

De bares, estuvimos en el Rote Rose donde entablamos conversación con Ali Hassan (o mejor dicho él la entabló con nosotros) un somalí del mundo con el que nos hicimos unas risas básicamente en italiano. Nos tomamos la penúltima en el Möbel Ölfe famosillo bar de la zona que bien se merecía una visita. Decoración alternativa. Ambiente agradable.



















HELMUT NEWTON

Inicamos el dia sin prisas.

Al salir a la calle fuimos directamente en U Bahn a la Fundación Helmut Newton en el museo de la Fotografía. Cita obligada con el valor añadido de que se exponían las fotos del libro SUMO. Muy bueno.

Al salir, hora de comer. Cogimos de nuevo el U Bahn y fuimos (siguiendo recomendaciones de amigos) al restaurante de los grandes almacenes Kadewe. Rollo buffet, con serios problemas a la hora de encontrar mesa y no sale muy económico; un plato con bebida costaba a una media de 20€. Eso si, esta buenísimo todo. Mucha variedad de ensaladas.

El resto del Kadewe lo dejamos para el que guste, a nosotros nos apetecía más ir de mercados navideños. Fuimos al que se considera el más grande y famoso de Berlin, Gendarmenplatz. La plaza esta rodeada de edificios clásicos. Muy bonita. El mercado una locura, un agobio de gente. Aún así lo atravesamos. Comprar, poco. Todo era de alto standing. El gluhwein (vino caliente especiado) estaba de muerte.

Más tranquilo el mercado de Alexandreplatz, pero el gluhwein no estaba tan rico. Cayeron algunas compriñas y demasiados dulces. Empezó a llover y continuo haciéndolo toda la noche.








DOMINGO TOCA MERCADILLO

Como dice la guía, los domingos en Berlín la gente se echa a la calle; hay tantos mercadillos a los que ir. Nosotros optamos por el Flohmarkt am Mauerpark. Una pasada, ropa y objetos de segunda mano o de manufacturación. Excelentes precios y diseños originales. Nos hicimos con un buen botín. En el mismo mercado hay puestos de comida. Nos zampamos unas deliciosas frankfurts y patatas. Se necesitan unas 3 horas para verlo en toda su extensión y detenimiento, en un día soleado puede que más.

A unos cientos de metros, quizás 1 km., se encuentra el Flohmarkt am Arkonaplatz. Mucho más pequeño pero con más selección, sobre todo años 60 y 70. Llegamos algo tarde pues a pesar de que la hora de cierre es a las 17 horas, en invierno se retiran con el sol y este, a las 4, ya brillaba por su ausencia.

Después de esta jornada rastrera, solo nos quedaba ir a cenar. Tras descargar en el apartamento optamos por repetir el restaurante aleman que habiamos estado en Alexandreplatz y deleitarnos una vez más con sus kartofeens, carnes, salsichas, …. Sólo quedó pendiente el codillo, pero es que el menú amenazaba con “más de 1000 gr. por ración”. Solo para valientes.


Bueno, esto es lo que dieron de si 4 días Berlin. A destacar la amabilidad de sus gentes siempre dispuesta a ayudar. Prácticamente todos hablan ingles, y muchos, español.

Si tuviera que poner un adjetivo a esta ciudad seria: joven, dinámica y alternativa. En las calles, mucha gente (a pesar del frío i la lluvia), mucha bicicleta. El transporte público es fantástico. Si no tenéis que ir a muchos museos es preferible sacarse el bono solo de transporte (en lugar de la tarjeta de turista) para todo el dia, se puede sacar en grupo. Para 4 personas pagábamos 15,90€ y el domingo 8€, viajes ilimitados.

Queda pendiente el Pérgamo (imperdonable), más galerías de arte, más calle, más tiendas (quedó pendiente todo el diseño de Prenzlauer), más mercados, más bares, más marcha… Berlín bien vale un re-visita.