Por regla general, nos gusta leer periódicos o estar al tanto de los eventos que tienen lugar en las fechas en que vamos a estar en el país. A veces pueden ser más interesentes que los monumentos. Al fin del día las piedras siempre van a estar.
Esto fue lo que ocurrió el lunes. El primer día de la semana los tailandeses se lo dedican a su rey y un 90% de la gente se viste con camisa o camiseta amarillo, hablo principalmente de Bangkok. Y este pasado lunes hubo una celebración especial dentro del programa de fiestas en conmemoración del 80 cumpleaños que tendrá lugar el 5 de diciembre.
La Royal Barge Procession, una larga procesión de barcas (52) escoltando las barcazas reales de la que vimos descender al mismísimo príncipe heredero y a sus hermanas.
Para visionarla elegimos el parque del Wat Arun, al otro lado del rio, por cuestión de contraluces. Resulto ser el sitio elegido para la recepción real.
Todas las autoridades civiles, religiosas y sobre todo militares. Un montón de gente, vestida con polo o cualquier tipo de jersey amarillo, seguidora del espectáculo y de las figuras estelares, por supuesto. Horas de espera. Policías, soldados, más policías. Calor. Al final, nervios y empujones.
La procesión fue muy rápida. Pero después las barcas remontaron el río, escoltando de nuevo a las barcazas reales, esta vez vacías.
El principito se marcho en un mega Roll Rolls. A su marcha, nos tuvimos todos que acachar, quitar las gafas de sol y los sombreros, apagar los telefonos móviles y no hacer fotos. Cuando se marchó el relajo fue total.
Ah! Se me olvido citar que no estaba el rey presente porque esta ingresado en un hospital.
Ahí va una muestra de lo que dio de si el evento:
El Wat Arum y sus alrededores bien se merecen una visita
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