De nuevo en ruta, esta vez el lugar
elegido ha sido TUNEZ.
El viaje lo hemos hecho volando desde
Barcelona con Tunisair. El vuelo vino con algo de retraso pero a las 14 horas,
hora local, ya estábamos en el autobús 35 que se coge en la bus station del
aeropuerto rumbo a Tunez capital.
A unos quinientos metros largos en
dirección a la medina, entre callejuelas encontramos el Gran Hotel de la France. Un antiguo
hotel venido a menos pero que todavía conserva sus altísimos techos, la escalera
sinuosa y las baldosas en las paredes estilo andaluz. Recomendable y bien de
precio.
Como primera cosa un paseo por la avenida
principal en la que llamaba la atención el despliegue de seguridad de la
embajada francesa: cable espinoso y militares. Se esperaba un posible ataque de
grupos islamistas radicales ante los insultos a Mahoma. Al final no pasó nada.
Túnez es una ciudad cosmopolita y
dinámica, por lo que pasear por sus calles es muy agradable, inclusive la
medina. Apenas hay acoso y tiene cosas interesantes que visitar.
Estuvimos en el centro de las artes que
tiene un teatro y un café muy acogedor. Se recomienda buscarlo y tomarse un té.
El segundo día fuimos a Cartago. Paseamos
entre la zona residencial en donde se encuentran los diferentes enclaves de la
antigua Cartago. Todo junto al mar que le da un fondo especial.
El tercer día de estancia en Túnez, entre
otros lugares, tomamos un té con almendras en otro café teatro. Esta vez
situado en la Ville
Nouvelle por detrás del hotel Africa. Muy original y con wifi
gratis.
Muy recomendable también el bar Jamaica,
en el decimo piso del hotel Hana. Podéis imaginar las vistas y el sunset.
1 comentario:
Una explicacion perfecta, uno puede imaginarse el pasear por alli. Saludos
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