martes, 12 de octubre de 2010

GUGGEMHEIM





















He visitado en tres ocasiones el Guggenheim y no deja de sorprenderme y deleitarme. Esta vez dedicamos mucho tiempo a contemplarlo desde el exterior. Lo rodeamos, cruzamos a la otra orilla, subimos puentes... lo contemplamos desde todas las perspectivas posibles. Es una auténtica maravilla.
El puppy en esta ocasión estaba muy florido.
En su interior visitamos en primer lugar las salas dedicadas a Anish Kapoor. Esculturas que juegan con la percepción del observador. Provocativas. Una de ellas consistía en el lanzamiento con un cañón de cilindros de cera roja hacia un mismo rincón de la sala. Esto ocurría cada hora, vimos tres cañonazos. Muy bueno Kapoor.
También coincidimos con la inauguración de los maestros holandeses. Muy interesante.
Para visitar el Guggeheim vale la pena darse tiempo, hay mucho que ver.
De la comida no preocuparse, estamos en Bilbo. Basta con salir a la calle y elegir el menú que más nos atraiga. También me han recomendado el restaurante del mismo museo, aunque con el buen día que hacia preferimos salir fuera.
Al museo fuimos en tranvia, aunque se puede ir dando un paseo por la orilla de la ria.

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